Se trata de un tratado que de alguna manera busca la deseada coherencia de la lucha y defensa de los derechos humanos con otras políticas, que también tienen mucha relación y que muchas veces van por otro lado ( como puede ser la política comercial de muchos países, o ésta relacionada con la industria armamentística).
Corea del Norte, Irán y Siria, trataron de bloquear la aprobación del tratado, que fue sin embargo votado por un total de 154 Estados.
El tratado contempla la obligación de los gobiernos de evaluar el riesgo de transferir armas, municiones o componentes a otros paises donde se puedan cometer o facilitar violaciones de los derechos humanos.
Amnistía Internacional ha jugado un papel clave desde los noventa para conseguir alguna normativa en este sentido.
Ahora, como con el resto de tratados de Naciones Unidas, es necesario movilizar a la sociedad civil para conseguir que sus Estados lo firmen y ratifiquen. En este sentido, la Coalición Armas bajo Control, que representa a más de 100 organizaciones de la sociedad civil que trabajan en 120 países, ha hecho un llamamiento y pide a todos los gobiernos que se comprometan a aprobar la legislación nacional necesaria para que entre en vigor lo antes posible.
Texto completo de la resolución, en http://www.un.org/disarmament/ATT/docs/Draft_ATT_text_27_Mar_2013-S-reissued.pdf
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