El pasado 18 de julio presentamos
en Mozambique el manual Direito a agua e
ao saneamento: Guia para la incorporacao do enfoque baseado nos directos
humanos (EBDH) (Derecho al agua y saneamiento, Guía para la incorporación
del enfoque basado en derechos humanos).
Se trata de una guía que pretende
acercar el enfoque basado en derechos y su metodología a todos aquellos actores
que trabajan en programas de agua y saneamiento.
Ha sido uno de los resultados de
una investigación cuyo objetivo era profundizar en el estudio del enfoque
basado en derechos humanos como modelo más apropiado en las intervenciones
relacionadas con derecho al agua y al saneamiento. Dicha investigación ha contado con
financiación de la Convocatoria Abierta y Permanente de la AECID de 2011. Se ha
desarrollado en dos países, Nicaragua y Mozambique. En breve tendremos
disponible la versión de la guía en castellano, adaptada al contexto
nicaragüense. La versión de Mozambique está en lengua portuguesa.
Fue una jornada interesante en la
que participaron diversos actores involucrados en la gestión del agua y saneamiento
en el país, tanto a nivel provincial como central, así como distintas organizaciones
de la cooperación internacional.
Una vez más constatamos la
necesidad de una coordinación estrecha entre todos los actores para hacer
efectivo el derecho. Sentarse en la mesa a compartir situaciones, roles y
responsabilidades de cada uno es uno de los pasos necesarios para poder
trabajar desde un enfoque de derechos. Esto permite identificar brechas de
capacidades que los programas de cooperación al desarrollo deben tratar de abordar.
Mozambique presenta índices de
acceso a agua potable preocupantes, y la situación es aun peor en lo que se
refiere al saneamiento. A pesar de que cuenta con una Ley de Aguas y una
Política de Aguas que establece parámetros que incorporan los criterios del
derecho al agua en cuanto a cantidad, disponibilidad, calidad, o accesibilidad,
en la práctica la situación dista mucho de lo que se recoge en las políticas.
La situación es mucho más dramática en el ámbito rural ( 40% de la población
con acceso a agua y 23% con acceso a saneamiento). La política establece que el nivel mínimo es de
500 personas por pozo pero ni siquiera se alcanza a garantizar el suministro de
agua a todas esas familias.
Mozambique no ha firmado ni
ratificado el Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales, y Culturales. Es en estos momentos una tarea importante y urgente.