Recientemente Intermón Oxfam ha sacado su último informe con el título Gobernar para las élites. Secuestro democrático y desigualdad económica, un interesante estudio que analiza la situación a nivel mundial, pero que también dedica un apartado al caso de España.
Señala que la desigualdad económica a nivel internacional es
cada vez mayor y en estos momentos casi la mitad de la riqueza del mundo está
en manos del 1% de la población más rica y la otra mitad en manos del 99%.
Esta concentración masiva de recursos en manos de unos pocos representa una gran
amenaza para los sistemas políticos y económicos inclusivos. Esto no es nuevo,
desde hace años son muchas las organizaciones y las instituciones que están
hablando de esto. También ya en el año 2013 el Foro Económico Mundial señalaba
en el informe Perspectivas de la Agenda Mundial 2014 que la desigualdad en los
ingresos iba a ser la segunda mayor amenaza mundial en los próximos meses.
Este aumento preocupante de la desigualdad viene acompañado
de un poder económico y político que deja de lado a las personas, como centro
del mismo, lo que sin duda constituye un germen de tensión y de ruptura social.
Pero además, la falta de control en las
instituciones políticas produce un debilitamiento importante de éstas, y a esto
es lo que este estudio denomina el
secuestro democrático.
España no escapa de esta dinámica. En la historia de nuestra
democracia, son muchos los casos en los que los intereses de una minoría con
poder económico se han impuesto por encima de los intereses de la ciudadanía.
De hecho la crisis económica, financiera, política y social actual de alguna
manera parte de estas dinámicas perversas donde, señala Intermón, el interés
público y los procesos democráticos, han sido secuestrados por los intereses de
una minoría.
Aun así el informe trata de aportar alguna experiencia exitosa
que muestra que en la historia hay ejemplos de países que hicieron esfuerzos y pudieron revertir esta peligrosa
tendencia. Durante las tres décadas
posteriores a la Segunda guerra mundial EEUU y Europa lograron reducir la desigualdad a la vez que
sus economías crecían. También en la última década América Latina ha hecho
avances significativos en lo que a la reducción de las desigualdades se refiere,
gracias a una fiscalidad más progresiva, reforzamiento de los servicios
públicos, la protección social y el empleo digno.
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